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29 de diciembre de 2021

¿Felices "fiestas..."?

La buena noticia es que me quedan 365 días para transmitirles mis mejores deseos personalmente de una forma sincera y nada impostada

Lo siento, pero lo ignoro. En estas fechas de fin de año, no sé si me encuentro entre el límite del mal del 2021 o del bien del 2022. Yo con tal de que este sea un año neutro me conformo. Desear felicidad a los demás es no quererles porque sin el esfuerzo y sufrimiento no aprendemos, avanzamos, empatizamos con los demás, nos hacemos mejores personas, ni llegamos a conocernos.

Y cuando uno es feliz se pierde en su ensimismamiento una parte de la realidad que le rodea. Así que prefiero quedarme con las tres caras, para luego no llevarme ningún chasco. Ni optimista, ni pesimista: realista. Recuerden: la Nochevieja del año pasado estuvimos celebrando la llegada de Filomena que si mal no recuerdo fue el 8 de enero. Por no hablar de otros temas.

Los orientales suelen aprender observando la naturaleza desde los anales de la Historia. Se suele decir que la naturaleza es sabia, eufemismo que viene a decir que el hombre es y nace tonto por naturaleza (valga la redundancia).

Yo este año no voy a tomar las uvas por la sencilla razón que Filomena me ha enseñado una cosa: a no celebrar los acontecimientos por anticipado ni a infundir falsas ilusiones sobre los demás con pequeñas dosis de felicidad que solemos repartir en estas "¿fiestas?"(sic) del año, en un Estado curiosamente aconfesional, mientras el resto de meses hablamos más con nuestros dispositivos tecnológicos que con los que hasta hace unos años eran nuestros allegados (familiares, amigos y vecinos). ¿Recuerdan...?

Al final la Navidad la hemos convertido en una época pagana del año en la que los gestos materiales y económicos como la Lotería, los regalos o las comidas ostentosas son más verdaderos que las falsas emociones impropias pronunciadas a base de las mismas canciones y de idénticas frases hechas y no sentidas de todos los años. Hecho que termina convirtiéndose en un muermo para los invitados y en una falta de consideración hacia el recién nacido. Por no mencionar los deseos futuros y egoístas (hacia el prójimo exclusivamente humano) y en un pretexto para relacionarnos y huir de la naturaleza espiritual propia de estas fechas.

¿No vamos dejando la felicidad en el pasado mientras que otros nos siguen animando a propagar y difundir nuestros deseos (que son los de ellos) sobre los demás en el futuro? Pues yo he empezado a desearme felicidad en el presente, motivo por el cual no me da tiempo por mucho que quiera y lo intente a que les llegue a todos los que quisiera.

La buena noticia es que me quedan 365 días para transmitirles mis mejores deseos personalmente de una forma sincera, realmente auténtica y nada impostada.

José Luis Meléndez. Madrid, 29 de diciembre del 2021

24 de diciembre de 2021

Leales y auténticos

No se puede esperar ver en un animal un sentimiento humano. Entre otras cosas porque son más leales y más auténticos que los nuestros 

Les animo a todos aquellos que dudan de los sentimientos que tienen algunos animales que visualicen  el vídeo que acabo de ver en YouTube. La historia tiene varios vídeos en dicha aplicación pero les recomiendo que vean el referido que pueden localizarlo tecleando en el buscador de dicha aplicación: “Cucciolo viene separato dalla mucca che lo ha allevato – La reazione é commovente”, que traducido al español vendría a denominarse: “El cachorro se separa de la vaca que lo crió - La reacción es conmovedora”. Vídeo con título italiano subtitulado en español.

El protagonista, un can llamado Rocky, va a buscar a su compañera, una vaca, con la cual ha compartido su vida desde que era cachorro durante dos años, ya que por necesidades económicas ha sido vendida. Al oler su rastro y escucharla, Rocky la encuentra en una nave, así que el tutor de los dos animales, después de vender la vaca, viendo el sufrimiento de Rocky por la ausencia de su compañera, llega a un acuerdo con el comprador para que la vaca vuelva al establo con Rocky.

Un etólogo (psicólogo animal), al enterarse del caso inicia una terapia con el perro para que se pueda relacionar con más animales. Un vídeo muy ilustrativo para todos aquellos que aún creen que los animales no tienen sentimientos. Que no sientan como nosotros no quiere decir que no los tengan.

He aquí una de esas muestras evidentes: un perro llorando que renuncia a comer por la ausencia de su compañera y que la recibe con un sin fin de muestras de cariño. La emoción de los animales es tan grande y recíproca que se les puede ver besándose y acariciándose.

¿Qué más emociones o gestos son necesarios para que los ojos ciegos que miran y se niegan a ver se rindan a la evidencia? ¿Que se digan "te quiero" en la lengua de su tutor? ¿Que se acaricien con las patas en lugar de con la lengua? ¿Que se metan en una cama y finjan algunas emociones y orgasmos como hacen los humanos? ¿Que se vayan de luna de miel y se casen...?

No se puede esperar ver en un animal un sentimiento humano. Entre otras cosas porque son más leales y más auténticos que los nuestros.

José Luis Meléndez. Madrid, 24 de diciembre del 2021. Fuente de la imagen: YouTube.com

20 de diciembre de 2021

Artista y persona


Siento admiración por el artista pero no estoy dispuesto a matarme por las declaraciones públicas de su persona


Me dirijo a ustedes desde el otro lado de la vida que hasta el día de hoy creía que era la muerte. He de reconocer que ha sido una experiencia espiritual inolvidable que he podido vivir y experimentar gracias a un magnífico artista pero también a una persona hipocondriaca que parece angustiar más a los demás que a sí mismo con sus confabulaciones conspiranoicas.


"Laaas vacuuunas maatan" ha sentenciado el ciudadano Bosé. Asi que teniendo en cuenta que voy por la segunda dosis, me he muerto dos veces y he resucitado otras dos. Aún me queda la vacuna de la gripe que recibiré este año y que recibí el pasado, así que sumen dos vidas más. Cuatro reencarnaciones en dos años no está nada mal si uno considera que he vuelto a nacer en el mismo cuerpo y el mismo país.


Pero eso no es todo. Bosé ha afirmado que los "gobernantes no están para protegernos". Para eso están los camellos de la coca que le han "protegido" durante largos años, mientras el resto de ciudadanos le dejábamos hacer lo que le salía del mismísimo. Las vacunas de droga de los camellos de entonces las cuales tenía que pagar y que muchas veces se adulteran al parecer son mucho más "saanas" y "seguraas" que las vacunas creadas por científicos y dispensadas por sanitarios.


Las drogas también matan y tienen efectos mucho más devastadores y prolongados en el tiempo que las vacunas. Pero Bosé se niega a tratarse sus miedos y también reniega de los tratamientos a los cuales tenemos acceso y derecho. Y a diferencia de los demás que respetaron su decisión y su libertad se ha propuesto coartar la de los demás.


Siento como decía admiración por el artista pero no estoy dispuesto a suicidarme en su nombre ni a matarme por las declaraciones públicas de su persona. Somos muchos más los negacionistas de las drogas. Pero en lugar de dar la murga hemos observado y respetado los tratamientos y la libertad y la intimidad de las personas adictas. La suma de dos negaciones conforman una afirmación. Si los negacionistas además de negar la enfermedad nos niegan nuestra libertad y nuestro derecho a vacunarnos estarán confirmando su falta de respeto y la intolerancia de su doctrina.

Miguel sufre y ha sufrido mucho. Su cuerpo, su voz y su expresividad así lo constatan. La pérdida de su hermana, de su madre, la separación de su pareja, de sus "otros" hijos. Los efectos secundarios de la vida suelen ser más numerosos que los de los fármacos, que ya es decir. Miguel vuela en caída libre hacía el vacío bien porque no ha sabido documentarse o se ha negado a recibir la ayuda que realmente necesita. Y porque tal vez tema que su luz de genio pueda apagarse, de ahí que salga de vez en cuando a los medios, sin darse cuenta de su pésimo estado.

Mientras el Bosé artista, su alter ego, brilla en las alturas, Miguel en su impotencia, intenta salvar a su héroe consagrado, en teoría para él en declive, en lugar de salvarse a sí mismo. Ahora solo falta que el héroe que ha creado no termine por adueñarse de toda su persona.

José Luis Meléndez. Madrid, 20 de diciembre del 2021. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org