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31 de julio de 2025

¿Inhumanidad o infrahumanidad?

La inhumanidad ha dado paso a la infrahumanidad

Más que una actuación europea ha sido un gesto esbozado de cara a las presiones de la opinión pública. La suspensión parcial (sic) del acceso a un programa científico de la UE con Israel, llega de una forma inducida y casi forzada, mal y tarde.

El Viejo Continente que presume de ser una importante área económica (al menos antes de que Úrsula Von Der Leyen claudicase comercialmente ante los EE.UU. de Trump), no puede hacer lo propio a la hora de sacar pecho ante determinadas atrocidades humanitarias como el exterminio de un pueblo retransmitido en vivo.

Ojalá este adjetivo hiciese a algunos tomar conciencia que las imágenes que ven todos los días no están sacadas de una película. Son instantáneas de un palmario y cruel genocidio que viene sufriendo el pueblo palestino desde hace años a la que aún una parte de diversos líderes internacionales acuden como meros espectadores.

Primeros ministros que parapetados tras sus gafas contemplan de reojo los cuerpos famélicos de unas criaturas que sufren de inanición como consecuencia del bloqueo de la ayuda humanitaria, mientras algunos canales de televisión israelíes ironizan sobre la extrema delgadez de los gazatíes.

Los mismos que bombardean por medio del suministro de armas a Israel abogan por establecer ahora breves pausas humanitarias con objeto de blanquear su imagen de cara al exterior, intentando con sus declaraciones sacar su lado más humano. Afirma Trump que Israel "tiene que hacer las cosas de otra manera en Gaza", como si él no tuviera parte de responsabilidad y no supiera ni tuviera la posibilidad de parar el envío de armas.

Hasta ahora no había trascendido la influencia de Melania sobre Trump, que "a veces" se olvida que está casado con un una inmigrante regular. La Primera Dama norteamericana, ha manifestado recientemente a su consorte el tremendo impacto emocional que ha supuesto para ella visualizar las espeluznantes imágenes de niños hambrientos.

Y el Presidente, no se sabe si movido más bien por la aflicción de su esposa que de las imágenes de los niños desnutridos, ha salido a la prensa para sumarse a las declaraciones de su pareja, lo cual ha supuesto un sobrehumano esfuerzo, en medio de tantas negociaciones, subidas y bajadas de aranceles, firmas exageradas, plazos estipulados y cambiados, disputas continuas y jornadas placenteras ajenas al mundo, extasiado en lujosos campos de golf.

El caso es que la preocupación de Trump no es tan excesiva como para que se le haya ocurrido establecer algún arancel a su amigo "Bibi" (Netanyahu), suspender algunos contratos o establecer algunas sanciones como actualmente piensa hacer con su otrora amigo Putin.

A pesar de las forzadas, impostadas y mejorables pausas, las mercancías lanzadas desde el aire no llegan a la población más débil, provocan enfrentamientos entre la población cuando no heridos e incluso muertos al no abrirse los paracaídas, mientras multitud de camiones cargados de ayuda, esperan en la frontera de Egipto la pertinente autorización de entrada.

Mientras el ejército israelí dispara a los palestinos que acuden a recoger la escasa ayuda humanitaria, "Bibi", que no Israel, ha aclarado que no frenará sus ataques, hasta que Hamás no se rinda y acepte sus condiciones. Trump sabe vender armas, pero no sabe parar las guerras que apoya, ni armamentísticas, ni económicas. Lo suyo es negociar aranceles, no acuerdos de paz.

Dormir en Gaza es un lujo y el único sueño que tiene un gazatí es que termine la guerra para poder cuidar de sus familiares y amigos heridos, y, para honrar a los seres queridos que aún reposan bajo los escombros. Escombrera en la cual Trump pretende hacer un resort de lujo, como si nada hubiera pasado, para faltar aún más a la dignidad de un pueblo pobre que cada día tiene menos donde comer, beber y refugiarse, sin darle al menos tiempo a la humanidad para llevar a cabo su duelo.

Lo más lacerante y triste es que después de meses y años de guerra algunos no se hayan cuestionado la siguiente pregunta: ¿A qué derecho fundamental puede acogerse hoy un gazatí? Por lo que se ve, ni siquiera el de enterrar ni realizar el duelo de sus seres queridos. Porque la guerra continúa y a los muertos hay que añadir los cuidados de los heridos y la búsqueda de comida para la población más débil.

Es abominable la obscena capacidad que tienen algunos de entrar en los templos y rezar en lugar de rescatar del infierno a los seres indefensos e inocentes que hoy sufren sus consecuencias. La inhumanidad ha dado paso a la infrahumanidad. Las yenas al menos comparten jerárquica y ordenadamente su comida. Y también poseen recursos para seguir alimentándose. ¿Dónde ha quedado la dignidad humana?

Regreso de vuelta a mi mundo. Aquí en occidente y en muchos países del mundo es época de descanso y diversión. Quizás algunos logren desconectar de todo, a pesar de sus responsabilidades y de la tremenda situación que atraviesa el mundo por culpa de cuatro locos.

Por todo ello, me despido con la intención de no interrumpir su merecido descanso. Al mismo tiempo les lanzo para su regreso una inevitable pregunta: ¿Cuántos días de vacaciones, creen ustedes que le correpondería a un gazatí?

José Luis Meléndez. Madrid, 31 de julio del 2025. Fuente de la imagen: Reuters. Zainab Abu Haleeb, una niña palestina de cinco meses diagnosticada con desnutrición, recibe tratamiento en el hospital Nasser en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza.

14 de julio de 2025

Capitulaciones matrimoniales

Es curioso ver como las relaciones laborales, al contrario que las maritales, están sujetas y amparadas por un convenio

La convivencia familiar continuada no es fácil. Por este motivo el verano es un negocio para los abogados especialistas en divorcios. Saben que a su vuelta, muchos clientes llamarán a su puerta, después de haber tomado una dura y difícil decisión: la separación y el posterior divorcio de su pareja.

Y en aras de su propio interés, muchos abogados, en lugar de proponer a estas personas una mediación familiar, optarán por asesorar a sus clientes de cara al inicio de dicha tramitación.

Claro, que antes, ya habrán desempeñado el papel de asesores algunos amigos y familiares que entienden mucho más que los psicólogos y los buenos abogados: - "No seas tonta/o, tía/o (que para lista/o ya estoy yo aquí). No tienes por qué aguantar nada (tú estás aquí para que te aguanten). ¡Dale un ultimátum y sino sepárate!".

¿Cuántas relaciones, no solo de pareja (familiares, de amistad o laborales), han terminado por interferencias tóxicas y externas, como consecuencia de un "buen" familiar, de una "excelente" amistad o de un compañero "idílico"? Echen la cuenta solo en su entorno.

Según el INE, en 2024 el número de divorcios aumentó un 8,2% mientras que el de separaciones subió un 6,6%. Según estudios recientes, en España, más de la mitad de los matrimonios terminan en divorcio o separación. El porcentaje exacto varía según la fuente, pero se estima que aproximadamente entre el 50% y el 60% de los matrimonios se disuelven, según el portal de noticias ABC y el periódico La Vanguardia.

Lo verdaderamente penoso es que la sociedad no parece haber interiorizado estas cifras y muchas personas siguen apostando por la misma fórmula del matrimonio convencional. Como consecuencia de ello, los hijos se ven afectados emocionalmente, por la separación de sus padres, por el desempeño de un nuevo rol, así como por la futura e hipotética integración en una nueva unidad familiar.

Es curioso ver como las relaciones laborales, al contrario que las maritales, están sujetas y amparadas por un convenio. Es decir, no existe un convenio regulador previo pactado entre los cónyuges lo cual me atrevo a decir que ahorraría muchos conflictos y separaciones. Sin embargo, cada uno de esos cónyuges sí que tiene un convenio suscrito con su respectiva empresa, algo sorprendente y a la vez paradójico.

Por ejemplo, ante una pareja que estableciera en sus capitulaciones que desea convivir en un régimen de pareja abierta, ninguno de los cónyuges podría a posteriori acusar al otro de infidelidad, ya que es una norma que la pareja asume en su relación. Otros aspectos interesantes a considerar serían la disposición igualitaria del tiempo entre las amistades, la familia paterna y materna, la gestión de la economía familiar e incluso la decoración de la casa (es lógico, pero a la vez sorprendente que se anime a los hombres a participar en las tareas de casa, pero no en estos temas de vital importancia).

Otro aspecto importante a considerar es que, al redactar dicho acuerdo, cada uno de los cónyuges obtiene un mayor conocimiento de sí mismo y de su pareja, ya que pueden salir aspectos desconocidos que seguramente eviten sorpresas futuras.

En derecho, las capitulaciones matrimoniales son un contrato que establecen los futuros cónyuges o los ya casados para regular la relación económica de su matrimonio. Este acuerdo puede realizarse antes o después de la boda y define cómo se gestionarán los bienes y deudas durante el matrimonio y en caso de separación o divorcio. El problema es que dichas capitulaciones se utilizan generalmente para considerar temas económicos o de protección de los hijos.

La prevención parece ser solo un remedio en términos de salud. Es ilógico que existan pocos y desconocidos protocolos de mediación después de una crisis de pareja y que no se apliquen medidas preventivas de conciliación de cara a una seria y futura convivencia.

No es de extrañar pues que ante las primeras desavenencias las parejas decidan acudir antes a un abogado que a un psicólogo. Tal vez por ese motivo al cuestionarnos por qué no se aplican este tipo de acuerdos preventivos, cabría a su vez preguntarse quiénes son los sectores que ganan en todo esto. Entonces podríamos ver como las cuentas de abogados, notarios, bancos, inmobiliarias, sacerdotes, restaurantes y otros tantos, se verían seriamente afectadas.

Los psicólogos tienen otros intereses que los abogados, aunque hay que reconocer que una gran parte de estos profesionales, ejercen una importante labor en este terreno. Ellos pueden jugar una importante labor, como es la de ayudar a conocernos y a mejorar nuestras relaciones. No contar con ellos puede ser un importante factor de riesgo no solo para nuestra salud, también para la de nuestros hijos.

José Luis Meléndez. Madrid, 14 de julio del 2025. Freepik.com