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28 de noviembre de 2024

Russia first

Trump va a hacer una Rusia más grande a costa de dejar una Europa y una OTAN más pequeñas

Una cosa es ser rico y otra, multimillonario. El fin del rico es ser multimillonario. El problema de los multimillonarios es que al tener colmadas todas sus aspiraciones y todos sus caprichos, necesitan recurrir a nuevas distracciones que para el resto de los mortales son excéntricas, cuando no, peligrosas.

El rico suele sorprenderse a sí mismo de haber llegado a ese estatus. El multimillonario, por el contrario, necesita sorprender a los demás, a través del personalismo. Ahí tenemos el caso de Elon Musk. Con su flota de Tesla o su red social X, Musk, al parecer, no se sentía lo suficientemente realizado. Sin embargo, gracias a sus cohetes espaciales y a su candidatura como asesor político, Musk ha logrado que Trump levantase la cabeza hacia el cielo y abriese los ojos, impresionado por el poder de su nuevo colaborador. Un nuevo deporte al que muy pocos, gracias a Dios, tenemos acceso.

El exhibicionismo es uno de los rasgos que distingue a los ricos de los supermillonarios. Gracias a él intentan compensar sus complejos de inferioridad. Y gracias a él logran sentirse grandes. Cuando Trump dice que quiere hacerse un MAGA (una América más grande), lo que realmente busca es sentirse un ser más poderoso.

Para Trump, Estados Unidos es como una empresa. Por eso, en su confusión mental, ha elegido a socios solventes como él, y ha incorporado a unos cuantos multimillonarios para hacer una EEUU,S.A., es decir, una firma, más grande. Y al decir más grande, se refiere a que los Estados Unidos sean una empresa nacional con mayor solvencia económica. De la misma forma, Elon Musk será un poco más grande defendiendo sus empresas desde el interior de la Casa Blanca que desde el espacio exterior.

Los multimillonarios, como nueva clase social, y, a diferencia de los ricos, tienen extrañas formas de relacionarse. Por ejemplo, en el mes de junio, Kim Jong-un le regaló a Putin dos perros blancos de caza de la raza coreana Pungsan. Como se sabe el presidente ruso es más amante de los perros que de las personas, si se tienen en cuenta sus miles de víctimas humanas. Como respuesta, Putin le obsequió a Kim con una lujosa limusina AURUS.

Recientemente Putin ha intercambiado 1 león africano, dos osos pardos, 2 yaks domésticos, 5 cacatúas blancas, 25 faisanes de varias especies, 40 patos mandarines, 1 millón de barriles de petróleo y sistemas de defensa, por 10.000 soldados coreanos, lo cual denota la ingenuidad de Kim Jong-un . Los animales han sido trasladados del zoológico de Moscú al zoológico de Pyongyang. Anteriormente obsequió a Kim Jong-un, con 24 caballos de raza pura, la raza preferida del norcoreano.

El ministro de Recursos Naturales y Ecología de Rusia, Alexandr Kozlov, en el momento de la entrega, explicó en la capital norcoreana, que los animales han ocupado históricamente un lugar importante en las relaciones interestatales y que se regalan como señal de apoyo, bondad y preocupación.

Las afirmaciones del señor Kozlov es muy posible que hayan causado gran expectación, no solo ante los asistentes a la entrega del acto, sino también antes los millones de ucranianos, europeos, americanos y rusos que aún padecen los efectos de la dictadura rusa, y, que afirman, en contra de lo que se creía, y por la cuenta que les trae, que Putin es un hombre solidario, bueno y preocupado.

Pero hay un regalo más exótico, por no decir macabro, que todos los anteriores. Y es el que Trump piensa hacerle a su amigo multimillonario, Putin. Y son, nada más y nada menos, que las cuatro provincias ucranianas que su amigo solidario, bueno y preocupado, ha conquistado a mano armada, en la cual aún viven familiares de sus víctimas masacradas cobarde e inocentemente, por medio de sus armas, de sus venenos o de sus sicarios.

Según recientes filtraciones del diario The Wall Street Journal, el plan de paz que tendría en sus manos Trump, es que Kiev (ojo, no incluye Ucrania), no entrará a formar parte de la OTAN en 20 años. Rusia mantendría el control del este de Dniéper, mientras que soldados europeos (¿americanos no?), garantizarán la integridad de Ucrania occidental, bajo paraguas USA. La misma teoría que hace meses expuso Musk.

Es posible que Trump acabe con la guerra, pero no lo hará con la batalla que libra Putin con Europa. Trump va a darle un descanso a su amigo para que cuando se rearme y lo estime oportuno, retome sus invasiones con más fuerza y astucia, si cabe. Entretanto Trump le retoma el relevo y abre una nueva guerra mundial. Una guerra comercial y arancelaria a países como Canadá, México, China o Europa. España ya paga un 35% de aranceles por la exportación de sus aceitunas, aranceles que no logró retrotraer Biden. Y es muy seguro que a este producto, se sumen otros tantos.

La amistad de Putin es más importante para Trump que los intereses estratégicos de sus socios. Primero están los amigos y luego los socios. Lo malo es que los amigos de Trump, son los enemigos íntimos de Europa. Trump ha elegido ser enemigo del Viejo Continente, primero cediendo parte de su territorio. En segundo lugar, amenazando su integridad al reservarse a cumplir el artículo 5 de la OTAN, en la cual los estados miembros, tienen el deber de defenderse. Y, en tercer lugar, estableciendo aranceles a Europa.

Más que amistad con Putin, Trump, ha demostrado tener bastante respeto a su héroe. El miedo que siente es muy posible que le haga replegar sus fuerzas de la OTAN, en la que según parece Europa aportaría sus propios recursos básicos de defensa, como maquinaria y personal, mientras que Estados Unidos ejercería una aparente disuasión nuclear, que según los movimientos de Trump, aún está por ver.

Las mujeres atractivas, los yates, los aviones privados y las mansiones no logran llenar el vacío material de los multimillonarios. Gracias a la nueva espiritualidad de sus cohetes, los magnates buscan elevarse al cielo y sentirse semidioses, mientras enfrentan a sus subditos, que no seguidores, con soflamas y algoritmos demoniacos. La bulocracia tecnológica ha sido la verdadera aliada que permite a los magnates intervenir democracias a través de los procesos electorales. El caso más reciente lo tenemos en Rumanía. La influencia de China a través de la red social TikTok, la de Rusia a través de Facebook, que dio como vencedor a Trump en su primera legislatura, y la de X de Musk, que ha contribuido recientemente a elevar en su segunda legislatura a Trump, son una buena prueba de ello.

Trump con la excusa de hacerse un MAGA (volver a hacer una América más grande), lo primero que va a hacer nada más llegar al poder es justamente lo contrario, es decir, hacer una Rusia más grande a costa de dejar una Europa y una OTAN más pequeñas.

Trump está dispuesto a entregar a su amigo, parte de Europa. Con este gesto de reconocer su victoria, reconocerá también la debilidad y el respeto que le tiene a su héroe. Con ello la seguridad de Europa queda gravemente comprometida. Es momento de buscar aliados más fiables más allá de Europa.

Ucrania en su día criticó a Merkel y al francés Nicolás Sarkozy porque en la cumbre del 2008, se opusieron a conceder a Ucrania y a Georgia un estatus preparatorio para un eventual ingreso en la OTAN. De aquellos polvos estos lodos. Queda una Europa más débil y tocada y lo que es más grave aún, sin un liderazgo fuerte como el que en su día ejerció la canciller Merkel. Esta vez será Estados Unidos, un país supuestamente aliado, el que entregará parte de Europa a Rusia, sin que esta haya sentido apenas las bombas en su territorio.

Primero fue Crimea, ahora el Donbas. Trump está a punto de entregar la democracia europea a la autocracia rusa. Putin tiene motivos de sobra para seguir avanzando en su conquista europea. Trump se lo ha puesto en bandeja. Putin no se detiene. A diferencia de Trump, Putin seguirá atacando instituciones democráticas, comprando políticos europeos, ejecutando a sus oponentes o dando golpes militares en África.

Trump está decidido a arrebatar a los ucranios y a los europeos su territorio y su derecho a elegir su futuro y sus representantes. Falta poco para que el mundo, gracias a Trump, sea un lugar más autocrático y menos democrático. Este será su primer logro antes de comenzar su mandato, rendirse en lugar de plantar cara a los problemas.

Como dice Joan Busquets, exguerrillero antifranquista, “La derecha ha aprendido la palabra libertad, pero no la entiende”.

José Luis Melendez. Madrid, 27 de noviembre del 2024. Fuente de la imagen: wikimedia.commons.org