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27 de agosto de 2025

Vacaciones tristes y caras

Nuestras vacaciones pueden llegar a convertirse en las más caras y tristes de nuestra vida

Hace falta ser o haber sido tutor de una mascota para ser consciente del desgarro emocional que supone hacerse eco de una noticia como esta.

¿Se imaginan, ahora que vuelven ustedes de vacaciones, después de haberse acordado de su mascota cada día, contando los días que quedan para verla, abrazarla y besarla, van a recogerla a la persona en la cual depositaron su confianza, y, ésta les dice que su mascota ha desaparecido, o que en el mejor de los casos, se la encuentran en una situación peor que la dejaron, mientras ustedes estaban divirtiéndose?

Pues esto es lo que les ha ocurrido a algunos vecinos, y, que gracias a sus denuncias y a la colaboración de una ONG como Búsquedas activas, a la Comisaría de Hortaleza y la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal de Madrid, han podido desmantelar una guardería ilegal de perros, en el barrio de Manoteras.

La casa de acogida y de maltrato no solo animal, sino humano (pregúntenselo sino a sus tutores), carecía de licencia y por tanto, no contaba con las garantías mínimas de bienestar animal.

A los propietarios de dicho negocio se les ha impuesto una multa inicial de 5.000 euros, una aportación material que no podrá resarcir el tremendo daño moral y psicológico de cada uno de los tenedores de dichos animales.

La noticia pone de manifiesto que hay que desconfiar de los centros que no dispongan de licencia. También es recomendable disponer de referencias si no queremos que nuestras vacaciones sean recordadas de una forma trágica. Y es que por ahorrarnos unos euros, pueden llegar a convertirse en las más caras y tristes de nuestra vida.

José Luis Meléndez. Madrid, 27 de agosto del 2025. Fuente de la imagen: redes sociales.

22 de agosto de 2025

La España abandonada

Ahora podemos hablar de otra España, además de la España vaciada: la España abandonada

Ningún español de bien, aun tratándose de fechas estivales, ha permanecido ajeno a las calamidades que han sufrido en pocos, pero muy largos días, paisanos del noroeste de España. Lo mínimo que uno puede hacer desde la distancia, ante tanta devastación pirómana e incendiaria, es solidarizarse con las víctimas, ponerse en su lugar, escucharles y acompañarles.

Lamentablemente y una vez más, no he visto a ningún político hablando con el Pueblo y mucho menos con los afectados. Habrá que esperar de nuevo a que S.M. los Reyes actúen de interlocutores entre los ciudadanos y la clase política - más que nada para que no les invada por añadidura la humillante sensación de ciudadanos de segunda, si comparamos esta tragedia con otras en la que sí han estado presentes sus Majestades -, ante la incomprensible, imperdonable e insoportable crispación creada por la oposición en estos momentos de especial gravedad en los que el perfil de Estado debería prevalecer por respeto a todos los ciudadanos.

Estos días me he hecho eco de los sentimientos de soledad y de abandono en los que se han sentido la mayor parte de afectados. Unos por la tardanza de auxilio que han tenido algunos medios y otros, porque al igual que en la pandemia, fueron sometidos al triaje de la indiferencia. Luego, desbordados por el cansancio y las emociones, después de más de diez días de trabajo y angustia, de nervios y de insomnio, les ha sobrevenido la impotencia, la rabia, la desolación y la tristeza. Ahora podemos hablar de otra España, además de la España vaciada: la España abandonada. La España que ha sobrevivido a sí misma gracias a sus escasos medios y a sus vecinos.

La España de las islas que aún no ha recibido las ayudas de sus viviendas destruidas por el volcán, los muertos de la España pandémica que fueron abandonados como consecuencia de un triaje criminal, la España de la Dana que sigue esperando sus ayudas. La España de la Filomena que perdió gran parte de su ya de por sí maltratado arbolado. Y ahora, ¡oh causalidad!, nos sorprende la España incendiaria de algunos desaprensivos. ¡Qué mala suerte!

La España de la UME que tiene que sufrir las consecuencias de las políticas de sus autoridades. La España de los peones y bomberos forestales sometidos a unas precarias condiciones económicas y laborales mientras se juegan la vida. La España de la Guardia Civil que arriesga su salud y su integridad física para intentar rescatar a las gentes que se resisten a abandonar sus casas.

Y todavía hay alguien que niega la evidencia del cambio climático. ¿Serían capaces además de negar su existencia, explicar su negacionismo a todas las personas que han sufrido sus efectos durante estos siete años? ¿Hemos aprendido algo durante este largo lustro? ¿Se han mejorado y ampliado los protocolos de emergencias? ¿Se han llevado a cabo maniobras entre los distintos cuerpos de emergencias de las distintas autonomías?

Entretanto, algunos representantes de sí mismos, han aprovechado la situación para proferir incendios verbales a sus rivales mientras los vecinos veían como se calcinaban sus tierras, ardían sus montes, morían abrasados sus animales, se quemaban sus casas, sus pueblos y en algunos casos sus vidas. Un bonito y sincero homenaje a todos los afectados, a los Cuerpos que han intervenido y a la ciudadanía en general. La educación, la oportunidad y las formas unidas en aras del beneficio partidista. Hasta del fuego y del sufrimiento ajeno se puede hacer politiquería.

Aún recuerdo aquel anuncio del ICONA – Instituto para la Conservación de la Naturaleza -, que advertía hace décadas del peligro de incendios a la ciudadanía, y, cuyo lema era “Todos contra el fuego”. Hoy son los ciudadanos los que luchan contra el fuego y algunas autoridades las que presuntamente lo provocan con su falta de prevención.

Es cierto que tanto los pirómanos como los incendiarios van al lugar de los hechos a cometer sus delitos. Pero existen otro tipo de pirómanos y/o incendiarios mucho más sofisticados y que posiblemente actúan desde sus despachos por medio de su omisión del deber, y contra los que nadie lucha, al menos de momento. España lleva rompiéndose en la cabeza de algunos más de diez años, pero cuando España se quema de verdad, ninguno de ellos sale a la calle con su ansiedad patriótica a apagarla.

Cualquier vecino y miembro de los Cuerpos que han intervenido estos días en los incendios se han jugado su vida. Los pirómanos e incendiarios detenidos van a ser sancionados e incluso encarcelados. Muchas víctimas lo han perdido todo, algunos incluso su vida. Sin embargo, un pirómano o incendiario sofisticado saldrá indemne, no se verá obligado a dimitir, y para más inri, puede presentarse a su reelección como candidato, con las mismas siglas. Celebro por tanto la iniciativa de la Fiscalía de investigar si existían los protocolos de prevención establecidos en los municipios y autonomías con más riesgo de incendio. De esta forma se podrá dilucidar y sancionar la inacción o la incompetencia.

De nada sirve lo presupuestado si no se ejecuta en su totalidad. ¿Cómo van a existir medios ante una catástrofe como la actual, sino se han financiado dichos medios? Los incendios no solo se apagan en invierno, se apagan también combatiendo la despoblación de nuestros pueblos. Apagar un incendio no es gratis, requiere inversión y no recortes. La prevención como partida presupuestaria no constituye un gasto sino una inversión como hemos visto. Hoy el daño causado triplicará con creces dicha inversión.

No se puede tener a más de una veintena de empresas privadas antiincendios subcontratadas dentro de una misma autonomía a efectos de coordinación. Ni personal del mismo gremio con carácter temporal sin una experiencia mínima, una formación integral y en unas condiciones horarias y económicas como las actuales, ya que se supone que son personas que van a salvar vidas ajenas y no a comprometer las mismas.

Según la Fundación Global Nature, más del 70% de la masa forestal pertenece a terrenos privados. Algunos de estos propietarios han emigrado a las ciudades. Otros han fallecido y han legado a sus herederos dicho territorio, con lo cual se hace difícil cuando no imposible contactar con ellos.

Para proceder a su prevención es urgente actualizar la titularidad de dichos terrenos, comprometer a dichos titulares con la normativa de limpieza pertinente, y, en caso infructuoso, que dichos terrenos pasen bajo titularidad municipal para que los vecinos se hagan cargo de su mantenimiento.

La ideología mata la política cuando se anteponen los reproches a las soluciones. Porque el fuego, las tierras calcinadas, las cosechas perdidas, los animales muertos, los negocios perdidos, y los hogares incendiados carecen de ella.

José Luis Meléndez. Madrid, 21 de agosto del 2025. Fuente de la imagen: redes sociales.