"No mentí ni miento. Si alguna vez digo algo que no es correcto (verdad), no es fruto de la mentira, sino de la inexactitud", ha sentenciado el candidato popular. Para exponer dicha aclaración el señor Feijóo no ha dudado para ello en emplear el término “inexactitud”, un concepto mucho más utilizado en el campo numérico, científico, matemático o estadístico. Y al hacerlo ha vuelto a ser inexacto en su exposición. Porque inexactos son los números, no las palabras.
La mentira por el contrario es más propia encontrarla en el lenguaje verbal. Es decir, se suele mentir más con las palabras que con los números. Por una sencilla razón: porque hablamos más que operamos. Excepto el señor Feijóo, que según parece, habla en lenguaje binario, motivo por el cual es mucho más “inexacto” en sus manifestaciones.
Nos encontramos por tanto ante un caso especial en el que el sujeto en cuestión es inexacto con las palabras y a la inversa de todos, es posible que no mienta con las palabras y sí con los números. ¿Son verídicos por tanto el número de su calzado, la talla de sus prendas, la altura y peso de su cuerpo, los tickets de sus compras y la hora que marca su reloj...?, cabría preguntarse.
No sería descabellado pensar que el programa electoral del PP lleve como mínimo el mismo número de inexactitudes que lleva el señor Feijóo en su campaña electoral. Solo nos faltaría saber cuántas inexactitudes considera que equivalen a una mentira, para determinar el grado de confianza que se le debe profesar.
Faltaría también que nos explicase el señor Feijóo si las medidas que piensa aplicar y que no figuran en su programa electoral son para él una inexactitud o una mentira. Pero todos nos imaginamos la respuesta: Eso no es una mentira, es un olvido.
"Yo os puedo asegurar que después de las cuatro campañas que hice en Galicia, nunca le dediqué un minuto a decirle a los gallegos que no soy un mentiroso. Porque los gallegos saben que yo no miento. No miento en el gobierno, ni en un mitin, ni en ningún sitio".
Si el señor Fakejóo miente cuando dice que no miente, es muy posible que cuando no diga la verdad esté en lo cierto. Por ejemplo Don Alberto dice que prefiere gobernar en solitario, pero ha pactado con Vox en ciudades donde no era necesario pactar con dicha formación. Es el caso de Ciudad Real. Por no citar las falsedades o “inexactitudes” que expuso en el debate emitido en Atres Media y detectadas por el diario El País. Un debate, por cierto, en el que el candidato, según manifestó a los medios, se divirtió mucho, no se sabe si vertiendo dichas inexactitudes.
Los gallegos que no conocían las inexactitudes de su expresidente es más que posible que se hayan arrepentido de su voto y los españoles que se hayan percatado de sus contradicciones, medio verdades o inexactitudes es posible que al votar en su lugar a otro candidato no le hayan mentido. Tan solo habrán sido inexactos a la hora de emitir su voto.
Pero a pesar de sus continuos problemas con la verdad, que no con la mentira, a la hora de interpretar la realidad, el señor Feijóo desea para los españoles un Presidente que no mienta (perdón, que sea exacto con la verdad). Cabe pensar, por tanto, que si el señor Feijóo afirma que nunca miente (ni siquiera a si mismo), sus inexactitudes le transporten automáticamente a una realidad paralela: a la de su propia verdad y su propio mundo.
La campaña de Feijóo ha sentado un precedente en las elecciones democráticas, porque da la casualidad que todas las inexactitudes en las que incurre el candidato popular benefician a su partido. Así que para ser más exactos, término que le gusta más a don Alberto, podríamos hablar más de posibles "inexactitudes interesadas". No es por tanto muy difícil distinguir al Feijóo exacto del Fakejóo "inexacto".
Las inexactitudes suelen ser puntuales, pero la lista de imprecisiones, medio verdades y contradicciones por parte de Fakejóo, antes de llegar al poder, a diferencia con su oponente más directo, empiezan a adquirir matices graves y muy preocupantes. Así que en medio de tanta inexactitud cabe otra posibilidad: que el señor Fakejóo no haya mentido pero que tampoco cuente la verdad.
El lunes 16 de julio, en una entrevista en el programa matutino “La Hora de la 1” que presentan Marc Sala y Silvia Intxaurrondo, el candidato popular le pidió a esta última una rectificación. El señor Feijóo mantenía que el PP siempre habían subido las pensiones por encima del IPC. Intxaurrondo, en lugar de decirle que eso era una mentira, le dijo: “No es correcto, señor Feijóo”. Para afianzar su negativa, Intxaurrondo sacó los datos a relucir, afirmando que “no lo hicieron ni en 2012, ni en 2013, ni en 2017”.
“Mis datos son correctos, y no lo hicieron en esos años”, se defendió Intxaurrondo, manteniendo su postura. El líder del PP sugirió a su entrevistadora que, “como hay hemeroteca, va a comprobar lo que le digo y, si estoy equivocado, le pido disculpas”, afirmó. “Si lo está usted, espero que lo digan. El único partido que no revalorizó las pensiones fue el PSOE”, sentenció tajante Feijóo.
El señor Feijóo no ha pedido disculpas al programa, a la periodista, a los telespectadores, a sus votantes y al resto de españoles por la cantidad de datos “inexactos” que lleva aportados. Los gallegos, los extremeños y los españoles ahora saben que el señor Feijóo y la señora Guardiola (“Yo no he mentido nunca, mis principios son los mismos”), no han mentido, tan solo han sido inexactos, ya que ninguno de los dos han pedido disculpas.
La realidad del señor Feijóo es mucho más precisa y exacta que la de los datos oficiales y que la del resto de los españoles. Así que visto lo visto, es más fácil que los perjudicados de dichas palabras comprueben por sí mismos cada una de ellas y cada dato, antes de que el causante de dichos perjuicios opte por enmendar los mismos o al menos pedir disculpas. Porque como decía Sabino Fernández Campo, antiguo Jefe de La Casa Real: "Ni está, ni se le espera" a la hora de ejercer dicho cometido.
El programa del señor Feijóo consiste en derogar el Sanchismo con el Abascalismo. Vamos, lo que en términos coloquiales se conoce como "dar el cambiazo". Porque al parecer el programa del PP contiene más derogaciones que propuestas.
El ajuar de Feijóo a Abascal ha sido el vestido de pactos que ambos han tejido a lo largo y ancho de la España única, triste y crispada que veremos si la boda de los novios tiene lugar. En otras palabras: Feijóo ya ha sido abascalizado. ¿Quién lo desabascalizará? El voto que lo desabascalize, buen desabascalizador será.
José Luis Meléndez. Madrid, 19 de julio del 2023. Fuente de la imagen: Jesús Olmedo. Elplural.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario