¿Cómo es posible que hayamos llegado a esta situación?
Es la pregunta que muchos ciudadanos europeos e ingleses se formulan una y otra vez: ¿Cómo es posible que hayamos llegado a esta situación? Que la segunda economía del viejo continente, haya decidido salir de la Unión Europea, desde su ingreso en el año 1973. Reformulemos la pregunta: ¿Cuáles son los factores que han contribuido a llegar a este limbo institucional?
En primer lugar los mercados financieros, una vez más, no han detectado el riesgo de salida de Reino Unido, y las bolsas celebraron la victoria de la permanencia en Europa, con un aumento del 6%, la víspera de los comicios, lo cual despistó y tranquilizó a los electores. En segundo lugar, David Cameron, incluyó en su programa electoral, la celebración de un referéndum, que no demandaba la sociedad, que le permitiese ganar las elecciones, como así fue. Es decir, antepuso esta medida populista, en beneficio propio, en lugar de tener en cuenta los intereses de sus ciudadanos. Y en tercer lugar, los políticos europeos, no han supervisado ni establecido las garantías mínimas de información fidedigna a los ciudadanos.
¿Debería ser juzgado un señor, que convoque un referéndum por su cuenta, en interés propio?
Como consecuencia de todo esto, los ciudadanos han sufrido una campaña muy mediatizada y marcada por la inmigración y la xenofobia, valores contrarios a los principios sobre los que en teoría se sustenta la Unión Europea. La corona inglesa, a juzgar por las palabras de su Reina: "Díganme tres motivos para permanecer en Europa", tampoco han contribuido a reconciliar a sus paisanos con sus vecinos. ¿Debería ser juzgado un señor que convoque un referéndum por su cuenta, en interés propio? El debate queda abierto.
Los datos: empate técnico.
El resultado de los comicios, ha sido el siguiente: el 48,1% de los ciudadanos, en su mayoría jóvenes, han votado por seguir dentro de La Unión. El 51,9 % restante, formado por personas con una franja de edad madura, se han inclinado por el Brexit, es decir, por la salida del Reino Unido de Europa. La diferencia entre dichos porcentajes apenas supone una diferencia de 1.136.000 votos. Por este motivo, los jóvenes, han acusado a los mayores de haber hipotecado su futuro.
Algunos líderes europeos, han salido a pedir tranquilidad, a pesar de que algunas bolsas como la española, cayese un 12,5%, tres puntos y medio más que en la caída de Lehman Brothers. La mayor caída en la historia de la Bolsa. Los 200.000 españoles que existen en la actualidad trabajando en Reino Unido, quedan en un limbo económico, social y jurídico, hasta que se empiecen a tomar las primeras medidas, después de una negociación que se espera dura. En Gibraltar, de momento, los ciudadanos que cobran en libras han perdido un 10% de valor adquisitivo, a la hora de cambiar la divisa a euros.
Eurexit, la salida de Europa, en cuestión:
La chispa independentista que ha prendido el populismo euroescéptico en Reino Unido, puede saltar y propagarse a otros países hermanos como Alemania, Francia y Holanda, en los cuales, algunas voces demandan la celebración de un referéndum de similares características. Todo esto ha sucedido en un momento en el cual la eurozona, está en el punto de inflexión de su recuperación económica, lo cual puede ralentizar e incluso agravar una nueva recesión. Los efectos, al no existir precedentes son inciertos.
Los ciudadanos ingleses, se sienten engañados, abandonados, y al cierre de este artículo había tres millones de ciudadanos que reclamaban la celebración de un segundo referéndum con mayores garantías. Es el caso de Escocia, Londres, e Irlanda del Norte, zonas en las cuales ha sido mayoritario el voto de permanencia en Europa.
Los representantes europeos, en lugar de escuchar las voces de los ingleses y de reflexionar, les han invitado a iniciar el proceso, sin reconocer el engaño del cual han sido víctimas. La tranquilidad que han solicitado a sus ciudadanos, contrasta con las prisas por acelerar el proceso de desconexión, y pone en cuestión los valores principios europeos de fraternidad.
Es el momento de reconocer errores, antes que siga aumentando el número de euroescépticos.
Es el momento de reconocer errores, antes que siga aumentando el número de euroescépticos. Por eso conviene preguntarse:¿Hemos estado más preocupados por hacer una Europa más grande, en lugar de hacer una mejor Europa?, ¿Hemos trabajado en promover y defender la marca Europa dentro de nuestros países?, ¿Estamos creando una Unión Europea, o más bien una Desunión europea por medio de bloques como la Europa pobre del sur, la Europa desarrollada del centro, o la Europa rica del norte?, ¿Es la capital de Europa, Berlín, o tal vez Bruselas?, ¿Nos hemos olvidado de la Europa social de los ciudadanos?, ¿Nos sentirían más los ciudadanos, si nos involucrásemos más en sus dramas diarios y personales?, ¿Están provocando nuestras políticas de austeridad el resurgimiento de partidos populistas, y de extrema derecha? ¿Estamos dispuestos a contribuir con nuestra actitud antieuropea a facilitar el Brexit y a ralentizar la recuperación económica que tanto ha costado iniciar a los europeos?, ¿Tenemos alguna parte de responsabilidad en esto?, ¿Hemos estado a la altura de las circunstancias, en políticas de inmigración?, ¿Qué imagen estamos dando a nuestros ciudadanos? ¿De verdad nos importan sus problemas, o solo su voto?,¿Estamos dispuestos a salir del Parlamento Europeo, y viajar a los distintos países, para conocer de una forma real, los problemas de nuestra gente?, ¿Para cuándo un himno de la Unión Europea, que nos una y represente a todos?
Una nueva Europa
La casa común de los europeos, empieza a agrietarse, y amenaza con derrumbarse. Un empate técnico, en un asunto de vital importancia, como es la salida de uno de nuestros socios más importantes, bien merecería una segunda vuelta, si se tienen en cuenta, las condiciones en las que se ha celebrado, en lugar de celebrar varios comicios como los solicitados por Escocia, Londres e Irlanda del Norte, y dividir aún más la nación. De lo contrario puede crearse un precedente, que amenaza la integridad europea.
Si hay algo que han dejado claro estos comicios, es que la democracia, tiene sus ventajas, pero también sus riesgos.
Si hay algo que han dejado claro estos comicios, es que la democracia, tiene sus ventajas, pero también sus riesgos. Es necesario actualizar los protocolos de salida, a través de la creación de una comisión de garantías, que supervise la limpieza y la mediatización de los procesos electorales. Volver a la Europa social de los ciudadanos, y elevar a los niveles máximos, el índice de confianza de los europeos con las instituciones europeas.
Es urgente que los representantes europeos, se replanteen los principios de la Unión Europea. Que miren a Estados Unidos, para hacer una Europa más unida. Es imprescindible un nuevo liderazgo en Europa. Que Berlín vire a París, y que se establezcan más ejes de relación. Que no haya países supeditados a otros, y las decisiones se tomen en común. Que se distribuya la riqueza económica, social y cultural.
Si los representantes europeos no quieren que los ciudadanos salgan de Europa, es necesario que Europa entre en la vida de sus ciudadanos, y resuelva sus problemas, empezando por los países que más han sufrido las consecuencias, como es la Europa del sur. De lo contrario, sería conveniente, que se entregasen los planos de la obra europea, a los verdaderos arquitectos del proyecto europeo, es decir, a los socialdemócratas.
Nuestros hermanos ingleses, no se han ido, siguen ahí, a pesar de que algunos les han empujado e invitado a irse. Los ciudadanos europeos, representados aún en las 28 estrellas, anhelan un nuevo amanecer. Son demasiadas años de noches inciertas. Es posible que algunos se empeñen en apartar el astro de su bandera, pero nadie podrá apagar el fulgor de una estrella, de la constelación europea. ¿Brexit o Eurexit? Sus señorías eligen.
José Luis Meléndez. Madrid, 25 de junio del 2016
Fuentes de las imagenes: Flickr.com, Flickrhivemind.net
Es la pregunta que muchos ciudadanos europeos e ingleses se formulan una y otra vez: ¿Cómo es posible que hayamos llegado a esta situación? Que la segunda economía del viejo continente, haya decidido salir de la Unión Europea, desde su ingreso en el año 1973. Reformulemos la pregunta: ¿Cuáles son los factores que han contribuido a llegar a este limbo institucional?
En primer lugar los mercados financieros, una vez más, no han detectado el riesgo de salida de Reino Unido, y las bolsas celebraron la victoria de la permanencia en Europa, con un aumento del 6%, la víspera de los comicios, lo cual despistó y tranquilizó a los electores. En segundo lugar, David Cameron, incluyó en su programa electoral, la celebración de un referéndum, que no demandaba la sociedad, que le permitiese ganar las elecciones, como así fue. Es decir, antepuso esta medida populista, en beneficio propio, en lugar de tener en cuenta los intereses de sus ciudadanos. Y en tercer lugar, los políticos europeos, no han supervisado ni establecido las garantías mínimas de información fidedigna a los ciudadanos.
¿Debería ser juzgado un señor, que convoque un referéndum por su cuenta, en interés propio?
Como consecuencia de todo esto, los ciudadanos han sufrido una campaña muy mediatizada y marcada por la inmigración y la xenofobia, valores contrarios a los principios sobre los que en teoría se sustenta la Unión Europea. La corona inglesa, a juzgar por las palabras de su Reina: "Díganme tres motivos para permanecer en Europa", tampoco han contribuido a reconciliar a sus paisanos con sus vecinos. ¿Debería ser juzgado un señor que convoque un referéndum por su cuenta, en interés propio? El debate queda abierto.
Los datos: empate técnico.
El resultado de los comicios, ha sido el siguiente: el 48,1% de los ciudadanos, en su mayoría jóvenes, han votado por seguir dentro de La Unión. El 51,9 % restante, formado por personas con una franja de edad madura, se han inclinado por el Brexit, es decir, por la salida del Reino Unido de Europa. La diferencia entre dichos porcentajes apenas supone una diferencia de 1.136.000 votos. Por este motivo, los jóvenes, han acusado a los mayores de haber hipotecado su futuro.
Algunos líderes europeos, han salido a pedir tranquilidad, a pesar de que algunas bolsas como la española, cayese un 12,5%, tres puntos y medio más que en la caída de Lehman Brothers. La mayor caída en la historia de la Bolsa. Los 200.000 españoles que existen en la actualidad trabajando en Reino Unido, quedan en un limbo económico, social y jurídico, hasta que se empiecen a tomar las primeras medidas, después de una negociación que se espera dura. En Gibraltar, de momento, los ciudadanos que cobran en libras han perdido un 10% de valor adquisitivo, a la hora de cambiar la divisa a euros.
Eurexit, la salida de Europa, en cuestión:
La chispa independentista que ha prendido el populismo euroescéptico en Reino Unido, puede saltar y propagarse a otros países hermanos como Alemania, Francia y Holanda, en los cuales, algunas voces demandan la celebración de un referéndum de similares características. Todo esto ha sucedido en un momento en el cual la eurozona, está en el punto de inflexión de su recuperación económica, lo cual puede ralentizar e incluso agravar una nueva recesión. Los efectos, al no existir precedentes son inciertos.
Los ciudadanos ingleses, se sienten engañados, abandonados, y al cierre de este artículo había tres millones de ciudadanos que reclamaban la celebración de un segundo referéndum con mayores garantías. Es el caso de Escocia, Londres, e Irlanda del Norte, zonas en las cuales ha sido mayoritario el voto de permanencia en Europa.
Los representantes europeos, en lugar de escuchar las voces de los ingleses y de reflexionar, les han invitado a iniciar el proceso, sin reconocer el engaño del cual han sido víctimas. La tranquilidad que han solicitado a sus ciudadanos, contrasta con las prisas por acelerar el proceso de desconexión, y pone en cuestión los valores principios europeos de fraternidad.
Es el momento de reconocer errores, antes que siga aumentando el número de euroescépticos.
Es el momento de reconocer errores, antes que siga aumentando el número de euroescépticos. Por eso conviene preguntarse:¿Hemos estado más preocupados por hacer una Europa más grande, en lugar de hacer una mejor Europa?, ¿Hemos trabajado en promover y defender la marca Europa dentro de nuestros países?, ¿Estamos creando una Unión Europea, o más bien una Desunión europea por medio de bloques como la Europa pobre del sur, la Europa desarrollada del centro, o la Europa rica del norte?, ¿Es la capital de Europa, Berlín, o tal vez Bruselas?, ¿Nos hemos olvidado de la Europa social de los ciudadanos?, ¿Nos sentirían más los ciudadanos, si nos involucrásemos más en sus dramas diarios y personales?, ¿Están provocando nuestras políticas de austeridad el resurgimiento de partidos populistas, y de extrema derecha? ¿Estamos dispuestos a contribuir con nuestra actitud antieuropea a facilitar el Brexit y a ralentizar la recuperación económica que tanto ha costado iniciar a los europeos?, ¿Tenemos alguna parte de responsabilidad en esto?, ¿Hemos estado a la altura de las circunstancias, en políticas de inmigración?, ¿Qué imagen estamos dando a nuestros ciudadanos? ¿De verdad nos importan sus problemas, o solo su voto?,¿Estamos dispuestos a salir del Parlamento Europeo, y viajar a los distintos países, para conocer de una forma real, los problemas de nuestra gente?, ¿Para cuándo un himno de la Unión Europea, que nos una y represente a todos?
Una nueva Europa
La casa común de los europeos, empieza a agrietarse, y amenaza con derrumbarse. Un empate técnico, en un asunto de vital importancia, como es la salida de uno de nuestros socios más importantes, bien merecería una segunda vuelta, si se tienen en cuenta, las condiciones en las que se ha celebrado, en lugar de celebrar varios comicios como los solicitados por Escocia, Londres e Irlanda del Norte, y dividir aún más la nación. De lo contrario puede crearse un precedente, que amenaza la integridad europea.
Si hay algo que han dejado claro estos comicios, es que la democracia, tiene sus ventajas, pero también sus riesgos.
Si hay algo que han dejado claro estos comicios, es que la democracia, tiene sus ventajas, pero también sus riesgos. Es necesario actualizar los protocolos de salida, a través de la creación de una comisión de garantías, que supervise la limpieza y la mediatización de los procesos electorales. Volver a la Europa social de los ciudadanos, y elevar a los niveles máximos, el índice de confianza de los europeos con las instituciones europeas.
Es urgente que los representantes europeos, se replanteen los principios de la Unión Europea. Que miren a Estados Unidos, para hacer una Europa más unida. Es imprescindible un nuevo liderazgo en Europa. Que Berlín vire a París, y que se establezcan más ejes de relación. Que no haya países supeditados a otros, y las decisiones se tomen en común. Que se distribuya la riqueza económica, social y cultural.
Si los representantes europeos no quieren que los ciudadanos salgan de Europa, es necesario que Europa entre en la vida de sus ciudadanos, y resuelva sus problemas, empezando por los países que más han sufrido las consecuencias, como es la Europa del sur. De lo contrario, sería conveniente, que se entregasen los planos de la obra europea, a los verdaderos arquitectos del proyecto europeo, es decir, a los socialdemócratas.
Nuestros hermanos ingleses, no se han ido, siguen ahí, a pesar de que algunos les han empujado e invitado a irse. Los ciudadanos europeos, representados aún en las 28 estrellas, anhelan un nuevo amanecer. Son demasiadas años de noches inciertas. Es posible que algunos se empeñen en apartar el astro de su bandera, pero nadie podrá apagar el fulgor de una estrella, de la constelación europea. ¿Brexit o Eurexit? Sus señorías eligen.
José Luis Meléndez. Madrid, 25 de junio del 2016
Fuentes de las imagenes: Flickr.com, Flickrhivemind.net